Seis activistas de Greenpeace han escalado la fachada de una de las Torres Kio, dos edificios situados en la Plaza de Castilla y que forman la denominada Puerta de Europa, con el objetivo de desplegar en ella dos pancartas, que sumaban casi 300 metros cuadrados, con el texto No al TTIP, a 80 metros de altura. Con esta acción han querido expresar su protesta ante las negociaciones que están llevando a cabo la Unión Europea y los Estados Unidos para acordar los términos del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, más conocido por sus siglas TTIP.
La ascensión de la torre ha comenzado sobre las siete de la mañana, y tras varias horas de ascenso y lucha contra el viento, los activistas han conseguido desplegar las pancartas hacia las 12:15 del mediodía. Después, han permanecido suspendidos a ambos lados de las pancartas, tres a cada lado de la fachada, hasta que a las 15:30 horas de la tarde las han recogido y han comenzado a descender de nuevo. Abajo estaban esperándoles, desde que tuvieron noticia del acto de protesta, varias unidades del cuerpo de bomberos, del Samur y de la Policía Municipal y Nacional. Pasadas las seis y cuarto de la tarde, los activistas pisaban de nuevo el suelo, y la Policía, tras identificarles, les ha dejado en libertad.
El TTIP lleva negociándose desde hace varios años, en medio de un gran secretismo, entre Europa y Estados Unidos. Prácticamente nadie fuera de ciertos círculos conocía sus términos hasta que el pasado 2 de mayo Greenpeace Holanda publicó parte de su contenido en Internet. Las negociaciones de este acuerdo abordan multitud de aspectos y sectores de interés para los ciudadanos, desde le futuro del sector agrícola a las PYMES, pasando por la comida, la regulación de las sustancias tóxicas, la contratación pública, los servicios o la futura coordinación en materia de regulación. Con este tratado, tanto Europa como Estados Unidos buscan la eliminación de las «barreras» al comercio, en especial las no tarifarias, que son las que tienen que ver con las normas y estándares de calidad, salud, medio ambiente, de denominación de origen, etc., que según ambas partes dificultan el comercio entre ambos lados del Atlántico.
Greenpeace considera que este tipo de acuerdos deben negociarse bajo el paraguas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas o los compromisos alcanzados en la cumbre contra el cambio climático de Paris, y exigen que así se haga: «Es importante decir alto y claro que nos oponemos a este acuerdo. Hay que paralizar estas negociaciones porque se están poniendo en riesgo conquistas ambientales y sociales«, ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España: «Ya durante los primeros años de negociación, ambos bloques, la UE y los EEUU, empezaron a rebajar y recortar políticas y normas ambientales, como la Directiva de Calidad de los Combustibles, que permite la importación de petróleos altamente contaminantes de EEUU y Canadá, o la paralización del control de pesticidas con efectos nocivos para la salud«, ha añadido.
Con esta protesta, que en Greenpeace llevan tres meses preparando, la organización busca dar visibilidad al problema, puesto que muchos ciudadanos desconocen no sólo lo que es el TTIP, sino también lo que implica. Por de pronto, la protesta ha causado un gran revuelo. Son muchos los ciudadanos de a pie que han apoyado la protesta de Greenpeace bien desde la Plaza de Castilla o en las redes sociales, mientras que otros, que desconocían hasta hoy el tema, al ver las siglas TTIP en una pancarta de 300 metros cuadrados, seguro que al menos sienten algo de curiosidad por ver lo que significa.
Fotos: Greenpeace España