Birmania, actualmente Myanmar, está atravesando momentos difíciles en su historia. Es un país de larga tradición budista y a mi entender, la práctica de valores como la generosidad y la paciencia les está «salvando» la vida. Al menos la espiritual.
El pueblo birmano está sometido a un brutal régimen militar que mantiene al país sumergido en una terrible condición de pobreza y falta de libertad.
Lo que más me ha impactado de este pueblo es que a pesar de las duras condiciones de vida que tienen, no pierden nunca la sonrisa ni la amabilidad.
Hace un tiempo comenté el libro Cartas desde Birmania, de Aung San Suu Kyi, un poético relato de la vida cotidiana en su país y de su dureza. Puedes encontrar más información sobre la vida de esta valiente mujer en mi blog personal: Silence Grove.