El universo en un solo átomo
Dalai Lama, 2007
Ed. Grijalbo
ISBN: 84-253-4021-7
El Dalai Lama es uno de los famosos que más sigo.
La frase que más le he oído repetir es «My religion is kindness» (mi religión es la bondad).
En este libro que os presento hoy, habla de lo que ciencia y budismo tienen en común, en cuanto a metodología.
Y también de la diferencia fundamental: su objetivo.
Mientras que la ciencia persigue comprender el funcionamiento de la realidad externa, el budismo se centra en comprender cómo funciona nuestra realidad interna, con el propósito de convertirnos en personas más felices, es decir, más amables, más generosas, más alegres.
El Dalai Lama es un gran entusiasta de la ciencia y en el libro repasa tanto temas de estudio de la ciencia (por ejemplo la física cuántica y la biología), como temas de estudio del budismo (el mundo de los seres sensibles y la conciencia).
Una de las características más notables de la ciencia es el cambio que provocan sus hallazgos en nuestra comprensión del mundo.
Es muy consciente de la responsabilidad que la comunidad científica tiene en la vida diaria de todos los habitantes del planeta y hace un llamamiento a dicha comunidad para que asuman su responsabilidad.
La ciencia debe actuar como correctivo de las malas interpretaciones y las apropiaciones populares equivocadas de las ideas que pueden tener consecuencias desastrosas para el mundo y la especie humana.
Me ha gustado mucho este libro porque en lugar de presentar espiritualidad y ciencia como dos perspectivas opuestas ante la vida, lo que plantea es su complementariedad y el gran beneficio que supondría para la humanidad utilizar el conocimiento científico de manera adecuada sin despreciar el valor que también tiene la espiritualidad en nuestras vidas.
Creo que es posible que el budismo y la ciencia moderna emprendan la investigación conjunta de la conciencia, dejando de lado la cuestión filosófica de si aquélla es, en última instancia, material. Ambas disciplinas se verían enriquecidas con el acercamiento de sus modos de investigación. Tal colaboración no solo contribuiría a un mayor entendimiento de la conciencia sino también al mejor conocimiento de la dinámica de la mente humana y su relación con el sufrimiento. Sería un camino inapreciable hacia el alivio del sufrimiento, que creo es nuestra principal tarea en la Tierra.
El Dalai Lama habla de budismo porque es lo que conoce, pero siente un profundo respeto por todas las religiones y siempre que da enseñanzas a occidentales lo primero que advierte es que nadie debería hacerse budista, sino practicar cada cual su religión de corazón.
Espero que os animéis a leer este libro y que cada cual reflexione sobre el lugar que corresponde a la ciencia y a la espiritualidad, practicada o vivida en la forma en que cada un@ lo sienta más adecuado, en su vida y en la sociedad.
Clara Luz
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