En Studio Banana, espacio de coworking de Tetuán, acaban de diseñar la Ostrich Pillow («almohada avestruz»), un invento que está llevando la tan española tradición de la siesta a Estados Unidos. Les hago una visita y conozco más sobre este colectivo y su invento.
Por BeaBurgos (@tetuanmadrid)
Studio Banana es un pequeño rincón de Tetuán donde la creatividad fluye por todos los poros, un lugar para el encuentro de arquitectos, diseñadores y artistas gráficos donde las ideas más dispares acaban tomando forma. Aquí me encuentro con Ali Ganjavian, del estudio de arquitectura Kawamura-Ganjavian, una tarde fría de otoño en Tetuán.
Ali me recibe con una galleta Príncipe en la mano. «¿Quieres? – me ofrece – es mi desayuno. Trabajo mucho, y no he tenido tiempo en todo el día de parar a comer». Precisamente ese trabajo continuo e intensivo es lo que los ha llevado a crear un invento como el Ostrich Pillow, una almohada que te permite echar una cabezada con comodidad en cualquier rincón, y la razón por la que he venido hoy a este rinconcito de Tetuán, en la calle Plátano.
Ali Ganjavian en Studio Banana. Foto: BeaBurgos
El Ostrich Pillow – almohada avestruz – , es el último invento patentado por el estudio Kawamura-Ganjavian, del cual él es fundador junto con Key Portilla-Kawamura. Toma el nombre del gesto que realiza este animal al esconder el cuello en la oscuridad para no darse cuenta de lo que sucede a su alrededor.
La idea nace de una necesidad observada en el mismo lugar de trabajo: en Studio Banana se dan cita más de una veinta de colectivos artísticos; si quieres descansar un rato la mente y la vista, no tienes lugar donde escapar, así que estos chicos inventaron una almohada que te permite imitar al avestruz y aislarte. «Aquí la usamos a diario para aislarnos del ruido y de la luz», dice Ali, «la almohada permite generar un microclima gracias a su forma y a sus materiales».
La almohada no es hermética, ni aísla al 100% porque en ese caso no permitiría respirar, pero es muy efectiva para ayudar a dormir, especialmente por sus micropartículas, que le confieren un tacto muy placentero. Consta de unas perforaciones en nariz y boca para poder respirar con comodidad y dos orificios laterales donde se pueden introducir las manos para que no pierdan el calor. Se introduce por la cabeza como si se tratara de un pasamontañas.
Ostrich Pillow de la idea al producto
Alguien se preguntará cómo es posible que unos arquitectos diseñen una almohada. La iniciativa parte de su proyecto «Fun functional objects» con el que pretenden crear objetos funcionales y divertidos y éste es el primero de esos objetos que están comercializando.
A la pregunta de quién fue el autor de la idea, Ganjavian responde: «Las ideas no son lineales, son laterales«. Aunque los derechos intelectuales pertenecen al estudio Kawamura-Ganjavian, en la creación de la Ostrich Pillow ha participado un equipo humano de 14 miembros.
¿Cómo se convierte una simple idea en un producto comercializable de éxito? «Lo más importante es fracasar, fracasar y fracasar» me dice Ganjavian. «Nosotros generamos continuamente nuevos proyectos. Uno funciona y otros mil no tendrán repercusión, pero al perderle el miedo al fracaso no tienes nada que perder. En ello radica el secreto del éxito».
La financiación también ha sido cosa de equipo y más lateral que lineal. Ha consistido en un proceso de crowdfunding a través de la plataforma Kickstarter, donde se cuelgan las ideas que pretenden convertirse en una realidad y van recibiendo fondos de usuarios comunes que creen en ellas y quieren poseer el invento. En el caso de la Ostrich Pillow, el objetivo era conseguir 70.000 dólares y en tan solo una semana ya habían recibido los fondos suficientes para lanzarse a la fabricación y distribución.
Pocos días más bastaron para que EEUU se rindiera a sus pies: Glamour Magazine, Tech Crunch y The Telegraph; Fox News, Bloomberg, incluso el famoso show Good Morning America, han llevado el Ostrich Pillow por todas las televisiones americanas. A día de hoy, más de 1800 personas se han convencido de que el Ostrich Pillow es un gran invento y ha conseguido reunir a través de la plataforma Kickstarter casi 200.000 dólares.
En EEUU no existe el concepto de siesta, pero sí el de power nap, es decir, una breve siesta reconstituyente para volver al trabajo con energías renovadas. Seguro que con Ostrich Pillow ese power nap se acercará cada vez más a la siesta española.
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