Foto: Real Academia de la Lengua Española, Adalberto H. Vega en flickr
¡Cuántas palabras utilizamos sin conocer a fondo su significado! . Cuántas acepciones diferentes pueden llegar a tener y reducimos su uso a unas pocas.
La palabra ver, por ejemplo, tiene veintidós acepciones en su primer significado y otras dos acepciones en su segundo significado.
Me encanta leer el diccionario y pensar un poco sobre las palabras, su uso, su origen, sus matices.
percibir.
(Del lat. percipĕre).
1. tr. Recibir algo y encargarse de ello. Percibir el dinero, la renta.
2. tr. Recibir por uno de los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas.
3. tr. Comprender o conocer algo.
Por ejemplo esta palabra que utilizo a menudo: percibir. Me pregunto ¿Cómo la utilizo, cuándo, dónde?
Básicamente en su segunda acepción: recibir por alguno de los sentidos. Ahí me paro a pensar. ¿Siempre son externas las sensaciones?
¿O también la uso para referirme a sensaciones internas? ¿Hay sensaciones internas, por ejemplo las del propio cuerpo? ¿Se consideran internas las sensaciones del cuerpo?
Entonces vuelvo a mirar el diccionario:
sensación.
(Del lat. sensatĭo, -ōnis).
1. f. Impresión que las cosas producen por medio de los sentidos.
2. f. Efecto de sorpresa, generalmente agradable, producido por algo en un grupo de personas. Su nuevo peinado causó sensación.
3. f. Corazonada o presentimiento de que algo va a suceder. Tengo la sensación de que nos va a tocar la lotería.
Aquí claramente me fijo en su primera acepción: impresión que las cosas producen por medio de los sentidos.
¿Qué sentido uso para percibir mis sensaciones internas? Si no son de los sentidos, ¿de dónde vienen entonces?
Así que busco otra vez.
sentido, da.
(De sentir).
1. adj. Que incluye o expresa un sentimiento.
2. adj. Dicho de una persona: Que se resiente u ofende con facilidad.
3. m. Proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación de su propio cuerpo. Sentido del equilibrio.
4. m. Entendimiento o razón, en cuanto discierne las cosas.
5. m. Modo particular de entender algo, o juicio que se hace de ello.
6. m. Inteligencia o conocimiento con que se ejecutan algunas cosas. Leer con sentido.
7. m. Razón de ser, finalidad. Su conducta carecía de sentido.
8. m. Significación cabal de una proposición o cláusula. Esta proposición no tiene sentido.
9. m. Cada una de las distintas acepciones de las palabras. Este vocablo tiene varios sentidos.
10. m. Cada una de las interpretaciones que puede admitir un escrito, cláusula o proposición. La Sagrada Escritura tiene varios sentidos.
11. m. Geom. Cada una de las dos orientaciones opuestas de una misma dirección.
Sentido, de sentir. Interesante, porque a su vez sentido tiene muchos sentidos. Una de estas con muchas acepciones. ¿Cuál de ellas me sirve para aclararme? (fijaos en la novena, qué curiosa).
La tercera parece servir pero tampoco me aclara mucho. Cuando siento un cosquilleo por dentro del pie (por ejemplo si se me ha dormido y luego vuelve la circulación) ¿qué sentido me está dando la información?.
Y así puedo pasarme un buen rato, mirando el diccionario, yendo de adelante para atrás y de atrás para adelante en las definiciones y acepciones y preguntándome muchas cosas …
Me repito esta pregunta, Cuando percibo, claramente, un cosquilleo en mi dedo gordo del pie, ¿qué sentido está funcionando? ¿Es eso una sensación interna o externa?
Volviendo al principio, ¿es correcto decir que lo percibo? Quizás desde el punto de vista de la tercera acepción sí lo sea …
Clara Luz
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Gracias Agustín por tu comentario de nuevo.
En este caso mi percepción es diferente a la tuya, creo: no se trata de usar definiciones para crear una idea sin ambigüedades, sino de profundizar en la idea y en su significado a través de las definiciones de las palabras que utilizamos para expresar esta idea.
Yo creo que los conceptos son aproximaciones. No puede pretenderse, creo yo, sacar una idea sin ambigüedades usando definiciones. Creo que la ambigüedad, o falta de claridad, y la idea concreta misma de un concepto son dos aspectos duales de una misma cosa. Es decir: cuanto mas se intenta aclarar el significado de un concepto mas difuso de vuelve, y al final resulta que acabas traicionando la idea que querias aclarar, porque para aclararlo se han tenido que incluir, en el concepto, objetos que en principio quedaban excluidos. Por ejemplo si se intenta definir «mesa» con precision puede esperarse que, despues del proceso, queden incluidos objetos que en principio no eran mesas sino sillas. La unica manera de tener un concepto claramente definido es dejarlo ambiguo.