Enviada por Laura Rubio Sanz (@LauraRS_UPM) 08.04.2013
Hace algo más de tres años que soy vecina de Tetuán y disfruto de las ventajas de vivir en un barrio tan emblemático de Madrid: el mercado de Tetuán recién restaurado, pequeños comercios con su correspondiente trato cercano no comparable con el de las grandes superficies, una diversidad cultural enriquecedora con sus respectivos comercios, la cercanía de la línea 1 de metro, uno de los ejes principales de la ciudad. En fin, un barrio donde se fusionan “el caché” de lo antiguo con el “desparpajo” de lo nuevo, las casas bajas con los pequeños bloques nuevos, los abuelos entrañables con la alegre juventud…
Aún así, queda mucho por mejorar. Pequeñas calles lejos de vías principales o calles que nacen de vías principales pero son de un solo sentido, como es el caso, son mejorables. Hablo de la Calle Trébol, única calle que nace de Marqués de Viana y dispone de una señal de “calle cortada”, por lo que sólo acceden a la misma los vecinos de dicha calle en coche.
No recuerdo cuando fue la última vez, pero Marqués de Viana está bastante bien asfaltada, con sus líneas blancas perfectas. En cambio esta pequeña calle, con una pendiente considerable, se encuentra llena de parches y agujeros en el asfalto, con el problema que ello conlleva para el tránsito de los vecinos.
Eso sí, las líneas verdes de aparcamiento fueron recientemente pintadas para seguir recaudando, y los vecinos pagan el impuesto anual por el vado, la tasa de basuras y el IBI, pero no reciben a cambio una calle asfaltada en condiciones.
Como vecina de esta calle quiero mostrar mi desacuerdo con este olvido al que se encuentra sometida esta pequeña calle, en la que cuando accedes, parece que estás saliendo de Madrid y entrando en un pequeño pueblo, sin ruidos, sin aglomeraciones, con encanto. Pero con agujeros en el asfalto.
Agregar también, que muchos vecinos de la calle circulamos en moto y bicicleta y el mal estado de la calzada no ayuda nada a nuestra seguridad.