Tetuán ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años. Uno de esos cambios pasa por la desaparición de la mayor parte de sus salas de cines. Un fenómeno que se extiende a todo Madrid. Recordamos cómo eran antes nuestros cines y qué veían los espectadores tetuaneros de la mano de algunos de nuestros vecinos.
Ana C. Callejo (@CallejoC)
Los cines de Madrid están desapareciendo. Y más aún los de barrio, las salas pequeñas. Parece que hoy en día el público prefiere acercarse a las grandes salas de los centros comerciales o, simplemente, descargar la película y verla en casa. Hacia los años 70, Tetuán contaba con alrededor de quince cines. Tras el cierre del último de ellos, el Lido 3D (Bravo Murillo, 200), los cines han terminado por desaparecer de nuestro barrio. Sólo tenemos cerca el Renoir Cuatro Caminos (Raimundo Fernández Villaverde, 10), perteneciente al distrito de Chamberí.
Pero hubo una época en la que acudir al cine era prácticamente el único divertimento que había – y que podían permitirse – los vecinos de Tetuán. Ese, y pasear por Bravo Murillo con la bolsa de pipas. Precisamente Bravo Murillo era la calle donde se encontraban casi todos los cines, como el Chamartín, el Versalles, el Murillo, el Tetuán, el Carolina, el Lido, el Recreo Modernista, el Europa, el Montija-Condado o el Cristal. En las calles de alrededor también se encontraban el Savoy (C/ Marqués de viana), el Arizona (C/ Naranjo), el Bellas Vistas (C/ Francos Rodríguez), el Sorrento (C/ Jerónima Llorente), el Metropolitano (C/ Reina Victoria) o el Salón Luminoso-Astur Cinema (C/ Raimundo Fernández Villaverde).
Todos estos cines contaban entonces con una única sala en la que se proyectaban dos películas en sesión continua. “Pero no eran películas de estreno, ni mucho menos. Esas estaban reservadas a los grandes cines del centro de Madrid”, nos cuenta Tino, un vecino de Tetuán. Los tetuaneros se acercaban al cine para ver películas clásicas, desde las de Charles Chaplin a las de El gordo y el flaco. Tampoco solía faltar en la cartelera el cine de vaqueros, varias versiones de Tarzán o películas de Fu Manchú.
La sesión continua costaba aproximadamente 1,25 pesetas. “Ya que habíamos pagado, nos quedábamos en el cine toda la tarde viendo las mismas dos películas una y otra vez. Tampoco había mucho más que hacer”, recuerda Almudena. Veían las películas y también el NO-DO, que se proyectaba entre cada una de ellas. La cartelera aparecía como hoy en los periódicos. Sin embargo, solían realizarse muchos cambios de última hora, por lo que el boca a boca acababa por convertirse en el mejor aliado de las salas. Desde las parroquias y los colegios también se anunciaban los próximos pases.
El cine Versalles era la excepción. En él se proyectaba una única película. Normalmente, una que se hubiera estrenado hacía poco en las salas del centro. Por ello, era un poco más caro que los demás. Estos “semi-estrenos” cobrarían especial protagonismo durante los años de la Transición con las primeras películas del destape protagonizadas por Andrés Pajares o Fernando Esteso.
A modo de anécdota, señalar que el cine Montija-Condado (Bravo Murillo, 121) – que cambiaría su nombre en varias ocasiones por el de Teatro Maravillas, Las delicias o Metropolitan Cine – no estaba muy bien visto por los vecinos, ya que se decía que a él acudían prostitutas y chaperos con sus respectivos clientes. “A mí mis padres me hacían enseñarles la entrada de cine cuando llegaba a casa para demostrar que no había entrado en ese cine”, nos cuenta Rosa con una sonrisa en la cara. En esta y otras salas, los acomodadores – a los que era costumbre entregar propina, tradición ya casi perdida – pasaban con un spray durante la película para eliminar los malos olores y desinfectar, “nos rociaban pero bien”, sostienen los vecinos.
A día de hoy estos cines se han convertido en bloques de viviendas, salones de juego, supermercados, colegios o clubs de alterne. Por ejemplo, el cine Versalles es hoy el Bingo Versalles, y el cine Carolina se ha convertido en el C&A de Bravo Murillo. El cine Murillo es hoy un edificio abandonado, pero antes de eso fue el salón de bodas “Le Petit Paris” y también un supermercado Caprabo. El Recreo Modernista es hoy en día el Colegio Jaime Vera, al que nos acercamos en nuestro reportaje sobre los recortes en educación. Asimismo, el cine Savoy se ha convertido hoy en el Club de alterne Vive Madrid, en cuya parte trasera se encuentra la casa de Anwar, el vecino cuyo desahucio frenó Democracia Real Ya, y con el que también hemos hablado en Aquí Tetuán.
Y mientras los cines desaparecen, los espectadores esperan impacientes en una fila a lo largo de Bravo Murillo o de Raimundo Fernández Villaverde para entrar al Lido 3D o al Renoir Cuatro Caminos cada fin de semana. Si no llegas a tiempo, es muy probable que te quedes sin entrada y que ya no tengas tiempo de ir a un cine de otro distrito. ¿La solución? Reservar la entrada previamente por Internet. Pero lo cierto es que la mayor parte del público de estos cines es gente mayor que se queja en las colas de que ellos no saben utilizar un ordenador.
Para muchos, el cierre de los cines en Madrid ha tenido que ver con la disminución de público que acudía a las salas a cambio de ver o descargar las películas por Internet. Movimientos como el del blog Salvemos los cines denuncian la piratería y la especulación inmobiliaria como las principales causas del cierre de los cines históricos de barrio, que reivindican como espacios culturales: “queremos poder ir andando al cine, y no tener que coger el coche para acudir a las multi-salas de las afueras”. Desde Aquí Tetuán, también pedimos más cines para nuestro distrito.
Ahora os toca a vosotros. Os animamos a compartir vuestra opinión sobre la desaparición de los cines y vuestros recuerdos sobre las antiguas salas de Tetuán.
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Las salas de cine de barrio formaban parte importante de nuestro ocio infantil y juvenil. Recuerdo fielmente casi todos los que menciona el artículo. Especialmente los más cercanos a la glorieta de Cuatro Caminos. Astur, Cristal, Montija, Europa, Bellas Vistas, Metropolitano…por apenas 2 pesetas – imposible de traducir a euros- pasábamos unas tardes memorables. Calentitos en invierno y fresquitos en verano, disfrutando de las películas del «oeste, de espadachines, de piratas, de romanos, de guerra, de risa o de amor» como solíamos decir. Un espacio que con frecuencia también se convertía en lugar de risas, juegos e inocentes gamberradas para cabreo de los sufridos acomodadores. Adiós cines, os fuisteis como nuestra añorada infancia. Sniff, Glub.
Para La Cibeles on 23 febrero, 2012 at 22:37
Hola Cibeles, me ha llamado la atención tu comentario, porque, efectivamente, yo también conocía el Montija como palacio de las pipas, también he ido al cine Europa y al colegio Zumalacárregui con la Srta. Claudia en el curso 68-69. Quizá nos conocemos de aquella época. Si es así cómo te localizo vía mail?
EL DISTRITO TETUÁN SE QUEDA CON CERO CINES:
7-09-2012 | Fuente: Tetuán 30 días
Tetuán se queda sin cines tras el cierre del Lido
En los 60 llegó a contar con 14 salas
PUENTE DE VALLECAS Y TETUÁN EN JULIO 2012 CERRARON EL ÚLTIMO CINE QUE LES QUEDABA
La subida del IVA del 8% al 21% a los productos culturales y de ocio ha supuesto la estocada definitiva, aunque lo cierto es que el cine Lido llevaba ya semanas con el proyector apagado. Una clausura tristemente definitiva para el distrito, ya que, con el cierre de las salas de Bravo Murillo, 200, finaliza un prolongado e idílico largometraje: el que desde hace décadas ha tenido Tetuán con el Séptimo Arte.
Un distrito que llegó a tener hasta 14 cines funcionando a la vez en los años 60, la década −junto a la de los 70− de mayor esplendor cinematográfico en Tetuán. Aunque para entonces muchas de esas salas contaban ya con una larga trayectoria, iniciada por el célebre Montija, inaugurado antes de la Guerra Civil y con entrada por la calle de Topete. Tras el conflicto la sala se reinauguró, ya en Bravo Murillo, y más tarde cambiaría su nombre por el de Condado. Hoy sus butacas han sido reemplazadas por las estanterías de una conocida cadena de supermercados alemanes.
HOLLYWOOD BRAVO MURILLO
Siguiendo por Bravo Murillo podíamos encontrar el cine Europa, en un espléndido edificio diseñado por Luis Gutiérrez Soto en 1928, y que hoy alberga una tienda de saneamientos. La vía más importante del distrito contó además con el Chamartín, el Tetuán, el Murillo, el Carolina, el Versalles o el Cristal, cerrado definitivamente en 2006, tras aguantar apenas 10 años desde su última reforma. También el Lido, que pasó cuatro años inutilizado, del 92 al 96, cuando reabrió convertido en multicine con siete salas de proyección.
Pero también fuera de la arteria de Tetuán se hallaban importantes cines, como el Metropo-litano de Reina Victoria, el Savoy en Marqués de Viana o el Novedades, situado en AZCA y cerrado en 2002. Entre los más modestos encontramos el Ari-zona, que tenía la entrada por la calle del Naranjo, el Bellas Vistas o el Samari, en La Ventilla.
En definitiva, casi un siglo de cine en Tetuán y un recorrido de película que hoy, con el cierre de su último cine, ve finalmente proyectado el “the end”.
EN SU LUGAR EN EL EDIFICIO DE LOS CINE LIDO PARA EL PRIMER TRIMESTRE 2013 SE ABRIRÁ UN CENTRO COMERCIAL.
Me ha encantado esta entrada -aunque yo no soy de Madrid y no llegué a conocer la mayoría de los cines mencionados-. Muchas gracias !
El colegio Jaime Vera se llamo Zumalacarregui a principios del siglo XX.No tengo noticias que antes fuese un cine.El cine Carolina «El Carola» paso a ser una sala de la Movida Madrileña.Yo vivía en el Barrio Valdezarza,pero nuestro «centro» era Tetuán-Cuatro Caminos.Buen trabajo,saludos.
Antes de ser Montija-Condado, era sólo El Montija…»el palacio de las pipas»…A nosotros sólo nos dejaban ir al Cine Europa, que estaba más cerca de casa…
El Colegio Jaime Vera hace más de 60 años que es colegio; antes se llamaba Centro Escolar Zumalacárregui y por él pasamos generaciones de niños del barrio…Lo de «El Recreo Modernista» no lo había oído en la vida.
El artículo está genial :´-), pero nos lleva a la clarividencia de que el futuro del cine está en la Red. Por si alguien lo dudaba…
¡¡¡ QUE RECUERDOS DE LA NIÑEZ !!!! De chaval, todos los lunes acostumbraba a recorrer Bravo Murillo, para repasar las carteleras de los estrenos de la semana. Desde el Versalles hasta el Condado y el Cristal, casi llegando a la Glorieta de Cuatro Caminos. Esos programas dobles, las carreras despues de comer para llegar al primer pase,…. Recuerdo incluso esos pases de los Salesianos, y también algunos en la iglesia de San Amaro. Recordar que el Savoy pasó de ofrecer programas dobles ‘normales’, a cine de películas clasificadas S. De ahí a salón de bodas, y después sala de alterne. También recuerdo en alguna ocasión que el Versalles llegó a ofrecer programas dobles. Aquí se labró mi amor al cine. Me habeis llegado al corazón de verdad. Gracias.
Echo de menos una mención al cine de fin de Semana que había en el colegio de los Salesianos de Estrecho. Muchas películas he visto allí y muchas chuches me he comido de pequeño en los descansos para el cambio de bobina. 😉
Magnífico post. Desenterrando recuerdos: he estado en muchos de ellos desde pequeñito. Mis recuerdos más recientes del Savoy. Las imágenes son impagables, de verdad. Buen trabajo, felicitaciones.
Muy bonitas las imagenes, y un excelente post, felicidades! Ojalá podamos volver a disfrutar de cines mas cerca de casa. Saludos
Preciosas imágenes de los cines de estilo modernista. ¡Lástima de progreso!
Bonito post.
Un saludo.