Rocío se enfrenta hoy a su desahucio de una humilde vivienda en el barrio de Bellas Vistas, uno de los más pobres de la almendra central de Madrid. La entrevisto y le pregunto por su situación y cómo está afrontando su posible desahucio.
BeaBurgos, 12.11.2012
«Llegué a pagar más de 1800€ de hipoteca», dice Rocío con una sonrisa en la que parece ahogar las lágrimas. Me encuentro con ella la misma mañana que está previsto su desahucio, éste para las 10:30, nuestro encuentro, a las 8:30. Lleva tiempo levantada, se ha vestido, se ha maquillado y se ha puesto su mejor sonrisa.
«Rocío, te saco en vídeo solo si tú quieres. La idea es que la gente conozca tu caso y hacer una llamada a los vecinos para que vengan a apoyarte«, le digo. «Sácame a mí, pero la casa no, que la tengo patas arriba». Ya ha empezado a recoger sus bártulos. Su vida, casi 10 años en España, en unas cuantas maletas, porque ya se ha convencido de que le toca volverse a Ecuador. «Allí tengo a mis dos hijos y si me echan de mi casa volvería con ellos, aunque a mí lo que me gustaría es poder mantener mi casa y traerme aquí a mi hija».
Rocío en su casa de Bellas Vistas, Tetuán. BeaBurgos
Esta pérdida de valor no ha facilitado la renegociación de la vivienda ni conseguir un alquiler social. «Yo he pedido que me bajen los pagos mensuales, porque tengo una nómina de 700€. Si me bajaran la letra podría hacerle frente a los gastos. O bien un alquiler social«. Es lo que consiguió hace apenas unos días otra vecina de Berruguete, Adriana, quien, tras días de lucha frente a la oficina de Bankia de Ofelia Nieto 7, venció al desahucio, negoció mantenerse en su casa a cambio de un alquiler social de 220€+IVA al mes.
Rocío sonríe con las pupilas, como lanzando su mirada hacia el futuro, pero a ratos parece rendida. Acudió tarde a la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), casi cuando ya había tirado la toalla y se había concienciado de su vuelta a Ecuador. Fue su jefe, abogado, quien la convenció de que debía luchar por mantener su vivenda. Esto ha provocado que ante su casa esta mañana apenas hubiera gente. No ha habido tiempo para difundir el mensaje y hoy en la Calle Castilla hay más cámaras que vecinos. Feli, portavoz de la PAH, y algunos representantes de esta plataforma, empiezan a acudir a las 9 de la mañana.
Me toca preguntarle por las noticias de otros desahucios, por las muertes asociadas a ellos. «He oído las noticias. Muy triste que la gente haya llegado a tal grado de desesperación. En mi caso, yo ya soy española, pero vine de Ecuador y estoy acostumbrada a luchar, tanto yo como mi marido. Si no logramos mantener nuestra casa nos iremos como vinimos».
Finalizo la entrevista deseándole toda la suerte del mundo y prometiéndole que haré lo posible por difundir su causa. Además le prometo que por la tarde volveré, porque estoy segura de que saldrá victoriosa, y nos tomaremos un café juntas. «Pero no vengas antes de las 8, que tengo que ir a trabajar», me dice. «¿Pero vas a ir a trabajar con todo esto a tu alrededor? -. Claro, no me puedo permitir perder mi trabajo. Hay que seguir luchando».
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¿cuando firmó la hipoteca no sabía lo que estaba firmando? y la cuantía de esa hipoteca. Ahora esta chica se volverá para su país y el banco se tendrá que comer la casa por no haber estudiado el riesgo de la opereción